domingo, 12 de febrero de 2017

Don Juan Tenorio

Escena IV
(El llorón y las flores de la izquierda del sepulcro de DOÑA INÉS se cambian en una apariencia, dejando ver dentro de ella, y en medio de resplandores, la sombra de DOÑA INÉS).
DON JUAN y LA SOMBRA DE DOÑA INÉS
SOMBRA:
No; mi espíritu, don Juan,
te aguardó en mi sepultura.
D. JUAN:
(De rodillas.)
¡Doña Inés! Sombra querida,
alma de mi corazón,
¡no me quites la razón
si me has de dejar la vida!
Si eres imagen fingida,
sólo hija de mi locura,
no aumentes mi desventura
burlando mi loco afán.
SOMBRA:
Yo soy doña Inés, don Juan,
que te oyó en su sepultura.Don Juan Tenorio
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D. JUAN:
¿Conque vives?
SOMBRA:
Para ti;
Mas tengo mi purgatorio
en ese mármol mortuorio
que labraron para mí.
Yo a Dios mi alma ofrecí
en precio de tu alma impura,
y Dios, al ver la ternura
con que te amaba mi afán,
me dijo «Espera a don Juan
en tu misma sepultura.
Y pues quieres ser tan fiel
a un amor de Satanás,
con don Juan te salvarás,
o te perderás con él.
Por él vela: mas si cruel
te desprecia tu ternura,
y en su torpeza y locura
sigue con bárbaro afán,
llévese tu alma don Juan
de tu misma sepultura.»
D. JUAN:
(Fascinado.)
¡Yo estoy soñando quizás
con las sombras de un Edén!
SOMBRA:
No y ve que si piensas bien,
a tu lado me tendrás;
mas si obras mal, causarás
nuestra eterna desventura.
Y medita con cordura
que es esta noche, don Juan,
el espacio que nos danDon Juan Tenorio
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para buscar sepultura.
Adiós, pues; y en la ardua lucha
en que va a entrar tu existencia,
de tu dormida conciencia
la voz que va alzarse escucha;
porque es de importancia mucha
meditar con sumo tiento
la elección de aquel momento
que, sin poder evadirnos,
al mal o al bien ha de abrirnos
la losa del monumento.
(Ciérrase la apariencia; desaparece DOÑA INÉS, y todo queda como al
principio del acto, menos la estatua de DOÑA INÉS que no vuelve a su

lugar. DON JUAN queda atónito).

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